Buscar este blog

martes, 9 de octubre de 2012

Cómo hacer huevos de Pascua de papel maché

Materiales necesarios

  • globos (esos que nuestros peques usan para llenar de agua en verano)
  • papel de seda blanco (1 hoja por cada 3 huevos)
  • papel de seda de colores
  • 1 punzón
  • pincel
  • almidón líquido de lavandería
  • 1 vaso resistente (para trabajar el huevo sobre él)
  • soga
  • perforadora
  • tijera
  • Paso a paso de los huevos de Pascua de papel maché


  • Antes de poner manos a la obra es necesario que prepares los materiales. Primero, cortar el papel de seda blanco en: un rectángulo de 25cmx14cm, uno de 25cmx11.5 y dos de 25cmx9cm. Estos cuatro rectángulos serán la base del huevo de papel maché.
    Luego, recortar cuadrados de papel de color con agujeros para crear más adelante los lunares de cada huevo. Para ello, recortar una tira de papel de seda de 4cm de ancho (por todo el largo del papel), doblar la tira por la mitad dos veces y por último, doblarla en tres partes. Realizaer entonces los agujeros con la perforadora y cortar cada cuadrado por separado. Dos tiras de color deberían ser más que suficientes para un huevo.
    También, cortar una banda de papel color de 2.5cm de ancho y recortad triángulos de diferentes tamaños.
    Cuando tengas listos estos materiales, podes empezar a hacer los huevos de Pascua de papel maché. Inflar cada globo hasta obtener la forma de un huevo. Tomar uno y pintarlo con almidón líquido. Colocar entonces la hoja blanca de 14cm de alto y envolvedlo por la parte más ancha del globo, alineando la parte superior de modo que se llegue al nudo. Sumergir el pincel en el almidón nuevamente y pintar sobre el papel desde el centro hasta la parte superior, dejando que el tejido se arrugue. Proseguir de la misma manera desde el centro hasta la parte inferior. Repetir la operación primero con la hoja de 11.5cm de alto y luego con las dos de 9cm de alto.


    Colgar el globo de la soga y dejar que se seque al menos durante 20 minutos antes de proseguir. Comenzar a cubrir el globo con los cuadrados de colores desde el nudo hacia abajo. Para ello, colocar el cuadrado y pincelar con almidón líquido. Intentar cubrir toda la superficie blanca del huevo



    Si en algunos lugares no se ven los lunares por la superposición de cuadrados de color, ¡no te preocupés! Pegar allí un triángulo y listo. Colgar nuevamente el huevo de la soga y dejar secar toda la noche.
    Para quitar el globo (una vez que el huevo se encuentre bien seco), sostenerlo del nudo y utilizad el punzón fino (o un alfiler) para hacer un pequeño agujero. El globo se desinflará lentamente y podras retiradlo tirando del nudo.
    Ahora sí, llegó el momento de rellenar los huevos de Pascua de papel maché. Para ello, realizar un corte recto con una tijera desde el agujero donde estaba el nudo hacia abajo. El papel maché es muy flexible, con lo cual no deberías tener problema para introducir a través de esa abertura los dulces y sorpresas.

    Cuando el huevo esté lleno, colocar un pequeño lazo de lado a lado con una tarjeta con el nombre del agasajado o con la leyenda “tira de aquí”. Con cuidado, colocar trozos de papel de color sobre las aberturas con ayuda del almidón líquido y dejad secar. ¡Veras que los huevos quedan bien cerrados!

domingo, 30 de septiembre de 2012

AMÉRICA

América es el segundo continente más grande del mundo, después de Asia.
Ocupa gran parte del Hemisferio Occidental de la Tierra.

Se extiende desde el océano Glacial Ártico por el norte hasta el cabo de Hornos por el sur, en la confluencia de los océanos Atlántico y Pacífico que delimitan al continente por el este y el oeste, respectivamente.


Con una superficie de más de 42.000.000 km², es la segunda masa de tierra más grande del planeta, cubriendo el 8,3% de la superficie total del planeta y el 30,2% de la tierra emergida, y además concentra cerca del 12% de la población humana.
Debido a su gran tamaño y sus características geográficas, América es dividida tradicionalmente en:  

América del Norte




América Central


América del Sur




 Veamos

América del Norte


es la parte septentrional del nuevo mundo, tiene la forma de un triangulo, cuya parte más ancha se halla al norte, disminuyendo hacia el sur.

Se extiende desde el mar Glacial Ártico hasta la Cordillera Neovolcanica, casi en el paralelo 19 o hasta istmo de tehuantepec. ( Frontera de México Guatemala).

Posee una superficie de 23,633.760 Km, y una población (año 1996) de 388,073.000,se estima que para el año 2025 la población de este bloque será de 512,000.000.



América Central


tiene una superficie de 758,800 Km, correspondiendo a la masa continental 522,3000 Km. Se extiende desde el istmo de tehuantepec hasta la Barranca del atrato, en el noroeste de Colombia, más la América Insular o Antillana.

Su superficie es esencialmente accidentada y está en la parte septentrional de la zona tórrida.

La población del año 1996 es de 68,302.000 y para el año 2025 se estima que aumentará para 109,500.000.

América del Sur


Ocupa la parte meridional del hemisferio Occidental. Esta parte del continente, cuya forma es triangular, aunque es menor que el bloque del norte, es mayor que Europa y Australia.

Su parte más ancha se encuentra al norte y se extiende desde la barranca del Atrato hasta el cabo de Hornos Alcanzado una superficie de 17,854,440 Km


jueves, 27 de septiembre de 2012

Un día fantástico

                        Un día fantástico



Cuando el último de los personajes hubo terminado su cuento, Olivia sonrió encantada. No solo había conseguido escuchar la voz de aquellos personajes imaginarios, también podía verlos perfectamente. ¿Significaba aquello que había recuperado su fantasía?
- Claro, Olivia – exclamó entusiasmada la Abuela Luci – y además, ya vuelves a tener el aspecto de siempre. ¡Mírate!
Olivia comprobó aliviada que su pelo había vuelto a ser rojo, que su piel era lisa y que ya no se encontraba cansada, sino llena de energía: ¡volvía a ser una niña de 7 años!
- ¿Y los libros? ¿Habrán recuperado sus letras?
- Pues no sé…prueba a leerlos tú…
Ahí estaban aquellas aes redondas, las eles espigadas, las bes barrigonas, las efes enrrevesadas…¡¡Ahí estaban las letras de nuevo!!
- Abuela, ¡lo hemos conseguido! Y todo gracias a vosotros – exclamó dirigiéndose a los personajes de cuentos que estaban sentados junto a ella y que ya podía ver perfectamente.
- ¿Qué personajes? – le cortó de repente la Abuela- Olivia, aquí no hay nadie más que tú y yo. Estos personajes no son reales, los has creado tú con tu fantasía.
- ¿Cómo? – preguntó contrariada Olivia- pero yo les veo, están aquí.
- No es cierto Olivia, están aquí – afirmó mientras se señalaba su cabeza.- Son todos producto de tu mente y de tu imaginación, y existirán siempre que tú lo desees…
- Entonces, ¿para eso sirve la fantasía? ¿Para crear seres que no existen?
- Ay Olivia, para eso y para mucho más. La fantasía es el elixir secreto contra el aburrimiento, es la clave para acabar con la tristeza, es la llave de los sueños, es lo que da belleza al amor. La fantasía llena de color el mundo. ¿Entiendes ahora por qué era tan importante recuperarla?
Olivia se quedó pensativa un momento. ¡Cómo había podido desprenderse de una cosa tan maravillosa!
- Ay Abuela…¡Muchas gracias! ¿Qué habría hecho yo sin ti?
- Pues aburrirte mucho toda tu vida, y ser una persona gris. Así que prométeme que de ahora en adelante cuidarás mucho más tu fantasía y no la perderás nunca.
- ¡Qué cosas tienes, Abuela! Nunca más le daré a ese duende maldito mi fantasía.
- Pero no se trata solo de eso, Olivia. La fantasía puede perderse de muchas maneras. Si no leemos nunca, si dejamos de creer en la magia y en que lo imposible puede volverse posible. Si nos hacemos mayores…
- Ay Abuela, pero ¡todo el mundo se hace mayor!
- Claro que sí, pero una cosa es que tu cuerpo se haga mayor y otra bien distinta que tu mente envejezca…¡eso es lo que hay que evitar a toda costa, querida mía! Y ahora vámonos de aquí, Olivia, que toda esta aventura me ha dejado muy cansada…
Olivia agarró con ternura la mano arrugada de la Abuela Luci y juntas salieron de la biblioteca. Afuera, en la ciudad, la primavera comenzaba a llenar de flores los árboles y el sol brillaba con fuerza.
- ¿Notas toda esa fantasía revoloteando alrededor nuestro, Olivia?
- Claro que sí, Abuela. Hace un día fantástico.

El gato soñador

El gato soñador




Había una vez un pueblo pequeño. Un pueblo con casas de piedras, calles retorcidas y muchos, muchos gatos. Los gatos vivían allí felices, de casa en casa durante el día, de tejado en tejado durante la noche.
La convivencia entre las personas y los gatos era perfecta. Los humanos les dejaban campar a sus anchas por sus casas, les acariciaban el lomo, y le daban de comer. A cambio, los felinos perseguían a los ratones cuando estos trataban de invadir las casas y les regalaban su compañía las tardes de lluvia.
Y no había quejas…

Hasta que llegó Misifú. Al principio, este gato de pelaje blanco y largos bigotes hizo exactamente lo mismo que el resto: merodeaba por los tejados, perseguía ratones, se dejaba acariciar las tardes de lluvia.
Pero pronto, el gato Misifú se aburrió de hacer siempre lo mismo, de que la vida gatuna en aquel pueblo de piedra se limitara a aquella rutina y dejó de salir a cazar ratones. Se pasaba las noches mirando a la luna.
- Te vas a quedar tonto de tanto mirarla – le decían sus amigos.
Pero Misifú no quería escucharles. No era la luna lo que le tenía enganchado, sino aquel aire de magia que tenían las noches en los que su luz invadía todos los rincones.
- ¿No ves que no conseguirás nada? Por más que la mires, la luna no bajará a estar contigo.
Pero Misifú no quería que la luna bajara a hacerle compañía. Le valía con sentir la dulzura con la que impregnaba el cielo cuando brillaba con todo su esplendor.
Porque aunque nadie parecía entenderlo, al gato Misifú le gustaba lo que esa luna redonda y plateada le hacía sentir, lo que le hacía pensar, lo que le hacía soñar.
- Mira la luna. Es grande, brillante y está tan lejos. ¿No podremos llegar nosotros ahí donde está ella? ¿No podremos salir de aquí, ir más allá? – preguntaba Misifú a su amiga Ranina.
Ranina se estiraba con elegancia y le lanzaba un gruñido.
- ¡Ay que ver, Misifú! ¡Cuántos pájaros tienes en la cabeza!
Pero Misifú no tenía pájaros sino sueños, muchos y quería cumplirlos todos…
- Tendríamos que viajar, conocer otros lugares, perseguir otros animales y otras vidas. ¿Es que nuestra existencia va a ser solo esto?
Muy pronto los gatos de aquel pueblo dejaron de hacerle caso. Hasta su amiga Ranina se cansó de escucharle suspirar.
Tal vez por eso, tal vez porque la luna le dio la clave, el gato Misifú desapareció un día del pueblo de piedra. Nadie consiguió encontrarle.
- Se ha marchado a buscar sus sueños. ¿Habrá llegado hasta la luna?– se preguntaba con curiosidad Ranina…
Nunca más se supo del gato Misifú, pero algunas noches de luna llena hay quien mira hacia el cielo y puede distinguir entre las manchas oscuras de la luna unos bigotes alargados.
No todos pueden verlo. Solo los soñadores son capaces.
¿Eres capaz tú?

El camello Donatello

El camello Donatello

Nadie sabía cuantos años tenía el camello Donatello, solo que cada vez estaba más cansado y se quejaba más cuando tenía que cargar con los turistas desierto a dentro. Por eso, en medio de la travesía, solía pararse y sentarse tranquilamente sobre la arena caliente. No había manera de moverlo durante varios minutos, y los turistas lo miraban entre enfadados y divertidos.
- Caray con el carácter de este camello.
Al camello Donatello lo que le gustaba era quedarse cerca del oasis y rumiar paja: para dentro, para fuera, para dentro, para fuera. Así hasta que la paja se convertía en una masa pastosa que le dejaba un aliento ácido y desagradable.
También le gustaban los niños. Cuando en el grupo de turistas había alguno, siempre se lo colocaban a él. Pesaban poco y se reían mucho. Todo les sorprendía: las sombras que la caravana de camellos proyectaba sobre las dunas, el color rojo del sol al atardecer, los escarabajos que aparecían y desaparecían entre la arena o las sonoras y apestosas flatulencias que expulsaban los camellos.
- ¡Pero qué camellos más cochinos!


Los niños no paraban de reír divertidos con estas ventosidades y Donatello se reía con ellos. Durante las noches en el desierto, mientras los padres cenaban, hacían fotos y hablaban de esas cosas sesudas de las que hablan los mayores, Donatello entretenía a los niños, con sus gestos y sus sonidos.
- Da gusto – decían siempre los mayores –con este camello no hace falta que nos preocupemos de los niños.
- Mírales qué tranquilos están.
A Donatello también le gustaba encargarse de los más pequeños. Dejaba que se subieran encima, que le pellizcarán la panza y le hicieran cosquillas en el cuello.
- Solo sigo en este trabajo por los niños. Si no fuera por ellos… – solía comentar por las noches mientras descansaban cerca de las jaimas.
- Claro, por eso y porque si no, acabarías convertido en filetes de camello…¡con un poco de ensalada: ricos, ricos! – le provocaba la camella Marianela, mucho más joven que él.
El camello Donatello sabía que tenía razón. El día en que sus cansados músculos no pudieran hacer la travesía del desierto con los turistas a cuestas, dejaría de ser útil para los dueños y acabaría en un restaurante de plato principal. Y ese día llegaría pronto. Cada vez se sentía más cansado, más viejo, más débil. No había remedio.
Una tarde caminaban por el desierto con un reducido grupo de turistas. Entre ellos se encontraba Bea, una niña pecosa y canija que, por supuesto, iba montada en el camello Donatello, que estaba esforzándose mucho por seguir adelante. Bea, que notaba lo cansado que estaba el animal, le acariciaba su largo cuello y le daba palabras de ánimo


- Venga amigo, que estamos a punto de llegar y podrás descansar un rato.
Pero cuando apenas les quedaba un kilómetro para llegar a su destino, el camello Donatello se sintió desfallecer y cayó al suelo. No hubo manera humana de hacerlo levantar.
- Ya no va a moverse…este camello es tan viejo que no sirve para nada. Ahí lo dejaremos y a la vuelta veremos que hacemos con él.
Aterrada ante la idea de dejar solo al camello en medio de aquella nada de arena, Bea comenzó a llorar y se abrazó a él. Nadie consiguió despegarla de ahí, así que todos tuvieron que acampar junto a ellos, a pesar del visible enfado del dueño de los camellos.
A la mañana siguiente, se levantaron antes del alba para regresar al campamento. Después de haber descansado, el camello Donatello se veía con fuerzas hacer el trayecto.
- Camina, que ya verás cuando llegues…esta no me la vuelves a hacer- le gritaba muy enfadado el dueño.
- ¿Qué te harán cuando lleguemos? – preguntó intrigada la pequeña Bea.
El camello Donatello le contó que seguramente acabaría a la parrilla en alguno de los restaurantes de la zona.
- Es ley de vida, ¡qué le vamos a hacer! – afirmó resignado Donatello.
- Pues habrá que buscar una solución. ¡No podemos consentirlo! – exclamó decidida Bea.
Y durante todo el trayecto, mientras el sol poco a poco iba empezando a calentar más y más, Bea estuvo pensando la manera en que salvar al camello Donatello…


¿Qué idea se le habrá ocurrido a Bea?  Expresalo oralmente a tus amigos...paoas o maestra

Teatro de marionetas

Para preparar esta manualidad para niños necesitarás una caja de cartón, un retazo de tela, un palillo y rotuladores de colores.




¡Pongamos manos a la obra! Pegá una de las tapas de la caja para crear el escenario y la otra la doblarla hacia arriba para crear la marquesina. ¡No olvides colocar el nombre de el teatro de marionetas! Luego, realiza un dobladillo en la parte superior del rectángulo de tela y pasa por dentro el palillo para crear el telón.
Para colocar el telón en su lugar deberás hacer un agujero en cada extremo superior de los laterales de la caja, luego pasar por allí el palillo y ¡listo! Tan sólo te faltaría decorar tu teatro de cartón con dibujos, papeles de colores o lo que se te ocurra.

Los actores pueden ser los muñecos de tus chicos o incluso tus dedos si pintás en ellos las caras de diferentes personajes.





o sino aprovecahas y haces unos hermosos titeres de dedos ....con los que podes usar distintos materiales y la imaginación para cada personaje....

 Si lo deseas podes hacer marionetas con cucharas de madera como se ven en la imagen. ¡Son muy fáciles! Las pintas de colores y les dibuja las caras. Incluso podes pegarles pelo, ropa y gorros.





MAGDALENAS DE COLOR

Ingredientes necesarios

Para las magdalenas:
  • 5 claras de huevo grandes a temperatura ambiente
  • 3/4 de leche a temperatura ambiente
  • 2 1/4 cucharaditas de extracto de vainilla
  • 2 3/4 tazas de harina para pastel
  • 1 3/4 tazas de azúcar
  • 1 cucharada y 1 cucharadita de levadura en polvo
  • 3/4 cucharadita de sal
  • 12 cucharadas de mantequilla sin sal, a temperatura ambiente y cortada en cubos
  • 5 colorantes alimenticios de los colores del arco iris
  • recipientes para magdalenas
Para la crema de vainilla:
  • 1 taza de mantequilla
  • 3 tazas de azúcar en polvo
  • 1/2 taza de nata para montar
  • 2 cucharaditas de extracto de vainilla.
  • grageas de colores para decorar


Añadir leyenda


Paso a paso de las magdalenas de colores

 

Para preparar las magdalenas, debes precalentar el horno a 180ºC. Mezclar en un bols las claras de huevo con 1/4 taza de leche y el extracto de vainilla. Reservar.
Mezclar los ingredientes secos con batidora eléctrica durante 30 segundos. Agregar luego la manteca y la 1/2 taza de leche hasta que la mezcla sea homogénea (durante 1 1/2 minutos).
Incorporar las claras a la mezcla y continuar batiendo a velocidad media durante 20 segundos. Dividir la masa en 5 bols y teñir cada porción con un colorante alimenticio diferente.
Enmantecar cada recipiente para magdalenas y colocar en cada uno dos cucharaditas de cada masa de color. Hornear luego durante 18-22 minutos a 180ºC.


A la hora de preparar el frosting de vainilla, colocar la mantequilla, el azúcar, la nata y la vainilla en un tazón grande y batir a velocidad media durante 3-5 minutos hasta obtener una mezcla suave y cremosa.
Colocar una cucharada de crema de vanilla sobre cada magdalena con ayuda de una manga repostera y decorar con grageas de colores. ¡Listo!



GALLETAS VUELTA AL COLE

Estas galletas llamadas vuelta al cole son muy divertidas y faciles de hacer...son ideales para regalar a nuestors alumnos  como una bienvenida de las vacaciones o como una despedida del año escolar...o como un  simple obsequio  que podemos hacer a nuestros hijo u amigos de nuestros hijos...


Ingredientes para las galletas en forma de pizarra

  • Galletas de azúcar rectangulares (aproximadamente 9x7cm): cantidad necesaria
  • Manga con pico pequeño para decorar o una bolsa con un pequeño orificio en la punta
  • Azúcar glasé: pequeña cantidad
  • Glasé real (para decorar)
  • Fondant o masa elástica de color verde oscuro
  • Fondant o masa elástica de  color marrón
  • Fondant o masa elástica de color rojo (pequeña cantidad)
  • Fondant o masa elástica de color blanco (pequeña cantidad)


Primero, debes estirar el fondant de color verde oscuro y recortar un rectángulo aproximadamente 1/4 más pequeño que vuestras galletas de azúcar. Luego, con el dedo, esparcír un poco de azúcar glasé para generar la idea de una pizarra recién borrada, como se observa en la segunda imagen.



Tomar la manga con el glasé real blanco y escribir lo que queras en la pizarra. Podes jugar aquí con los conocimientos que tus hijos tengan o aquellos nuevos temas que vayan a aprender durante el nuevo año escolar, para así despertar su curiosidad o repasar información. Escribir de manera desprolija, dejando que tiemble un poco la letra para simular el efecto de la tiza.
Tomar una galleta y colocar glasé real por el reverso, con cuidado de no hacerlo de manera cercana a los bordes, para pegar el fondant verde. Presionar levemente y dejar secar un momento.
Para realizar los toques finales, cortar un trozo de fondant marrón del tamaño de la pizarra verde y trabajarlo con los dedos formando un cilindro. Mojar con agua el fondant para pegarlo a la pizarra. Finalmente, recortar aquellos detalles que quieras agregar, como por ejemplo una manzana o un borrador (ver imagen 6). Aplicar los detalles finales agregando un poco de agua para pegarlos a la pizarra. ¡Y listo! Una ricas galletas para la vuelta al cole.

Tarjeta dia de la madre

Vamos allá con esta tarjeta para el Día de la Madre
Materiales necesarios:



  • Papel de colores
  • Barra de pegamento
  • Cinta de doble cara
  • Cartulina


Cortar siete trozos de papel de 10 cm en los colores deseados. Doblamos una de las hojas en cuatro y luego volvemos a doblar para que quede en forma de triángulo. Imprimimos la plantilla de los pétalos, la colocamos sobre el triángulo para marcar la forma y recortamos. Desplegamos, y cortamos un pétalo de la flor; juntamos los pétalos que quedan y hacemos un pequeño corte para poder superponerlos ligeramente y pegar con pegamento. Repetimos con las otras piezas.








Colocamos trozos de cinta adhesiva de doble cara en los pétalos, según lo indicado en los puntos. Comenzamos a pegar las flores una a la otra: las flores B y C, cada una superponen un pétalo con la A, luego las flores D van en la parte superior, completamente superpuestas a A.





Colocamos las flores E y F que se superponen a B y C.

 

Conectamos la G a la cima, superponiéndola a la D. Recortamos a mano alzada algunas hojas de papel verde, colocamos cinta de doble cara en la parte inferior, que se adjuntarán a las flores.


Idea para envolver regalos con flores de papel

Al entregar un regalo a un agasajado, lo primero que llama la atención es el envoltorio. Sí, … Todos sabemos que esto es así pero pocas veces prestamos atención a estos detalles, a veces por falta de tiempo y otras porque simplemente se nos escapa de la mente.
Envolver un regalo con gusto es fundamental para aumentar el impacto de nuestro obsequio, sea cual sea el mismo.. Hoy les presento una idea: envolver regalos con flores de papel.





Esta simpática manualidad con cartulina es muy fácil de hacer. Veras que en tan sólo un rato habrás creado un montón de flores de papel ideales para decorar los regalos. ¡Pongamos manos a la obra!

Materiales necesarios

  • papel de varios colores (a elección)
  • cinta adhesiva doble
  • abrochadora
  • perforadora
  • serpentina de papel crepé en color amarillo
  • tijeras

Paso a paso de las flores de papel para envolver regalos

Primero, cortar un cuadrado de papel como se observa en la imagen 1. El tamaño del cuadrado dependerá del tamaño deseado de la flor. En este caso, se cortaron cuadrados de 12cm de lado.
Recortar luego un trozo de serprentina de papel crepé de 12cm de largo y dobladlo al medio (para obtener un rectángulo de 6cm). Rodea el papel crepé con el cuadrado de papel mencionado antes, y doblar éste en forma de pétalo como se ve en las fotos 2 y 3.



Asegurar la flor con ayuda de la abrochadora. Repetir el proceso hasta obtener la cantidad de calas de papel deseadas.
Colocar las flores de papel juntas y pegar encima una hoja de papel verde con cinta adhesiva doble de manera tal de cubrir los broces. Perforar un agujero que nos permita pasar el hilo a través de las flores y ¡listo! Tan sólo  queda acomodar las flores de papel sobre el regalo como más te guste y asegurarlas con hilo.



¿CÓMO HACER PLASTILINA CACERA?


La plastilina les encanta a los niños. Pueden pasarse horas y horas jugando con ella, mezclando sus colores, creando muñecos y desarmándolos. ¡A mí me encantaba jugar con plastilina cuando era pequeña! Y a mis peques también les encanta.
Hoy comparto  una idea perfecta para disfrutar de una tarde en familia o como complemento a nuestras clases donde podemos incorporar actividades relacionadas con crear.: hacer plastilina. Esta divertida manualidad para niños es muy sencilla. Tan sólo necesitáis un poco de maña e ingredientes que todos tenemos en nuestros hogares.





 


Materiales necesarios

  • 1 taza de harina
  • 1 taza de agua
  • 1/4 taza de sal
  • 1 cucharada de aceite vegetal
  • 2 cucharaditas de cremor tártaro en polvo
  • colorante para alimentos
  • cacerola y cuchara de madera

Paso a paso para hacer plastilina

 

 

Hacer plastilina casera es muy fácil y divertido...
Mezclad todos los ingredientes, sin importar el orden, en la cacerola. Cuando la mezcla se encuentre libre de grumos, calentadla  con calor medio y revolver continuamente. No dejes de revolver en ningún momento. Al cabo de unos minutos, comenzará a volverse espesa. Seguir mezclando hasta que toda la mezcla se adhiera a la cuchara de madera como se observa en la imagen 2. ¡Listo! Ya tenés plastilina casera para jugar.